El palo rosa: la oportunidad económica que promueve bienestar y conservación del Área de Conservación Regional Ampiyacu Apayacu
junio 24, 2025
Cuando hablamos de la Amazonia peruana, indudablemente pensamos en Loreto; esa inmensa región del lejano oriente que siempre hemos coloreado de verde desde nuestra infancia. Y es que efectivamente, en sus más de 350,000 kilómetros cuadrados (28% del territorio de Perú), se encuentran 29 áreas protegidas con una biodiversidad inigualable. Pero proteger un espacio tan inmenso como Loreto, es realmente desafiante.
Desde el 2022, Conservación Internacional ha asumido este reto, buscando la articulación con diversos actores que participan del Sistema Regional de Conservación de Loreto a fin de articular alianzas a favor de la conservación. Solo en el Área de Conservación Regional (ACR) Ampiyacu Apayacu se encuentran 1500 especies de plantas, 207 especies de peces; 64 especies de anfibios; 40 especies de reptiles; 362 de aves y 60 especies de mamíferos, que conviven con cuatro pueblos indígenas: los Yagua, Bora, Huitoto y Ocaina.
Salvaguardar la naturaleza de este espacio, significa también generar condiciones económicas favorables para su conservación y el bienestar de la población local. El palo rosa, o (Aniba rosaeodora), es una especie forestal que desde los años cuarenta fue extraída de los bosques de esta zona de forma descontrolada para convertirlo en un aceite esencial de la industria de la perfumería; el principal ingrediente del famoso Channel No. 5. Durante 30 años las cuencas de los ríos Napo, Algodón y Putumayo contaron con grandes fábricas de destilación, esclavizando a las comunidades indígenas para su extracción, hasta que la industria empezó a utilizar otras variedades sintéticas que dejaron a esta especie amenazada y en peligro de extinción.
El valor comercial del Palo Rosa
Hoy, sin embargo, esta especie representa para las comunidades del Ampiyacu una oportunidad de ingreso y de adaptación al cambio climático. Con el apoyo de Camino Verde, más de 130 familias de la zona están regenerando sus parcelas, plantando esta especie junto a otras maderables y frutales que no solo brindan la sombra necesaria que necesita el palo rosa en sus primeros años de vida, sino que contribuyen a afianzar la seguridad alimentaria de las familias.
“Estoy feliz porque veo que mi chacra ahora está produciendo caimito, uvilla, guaba, pijuayo, anona. Todas estas plantas que crecen junto al palo de rosa, para que le hagan sombra y pueda crecer bien, y así poder sacar más producto”, nos comenta Nelersa Chicaje, de la comunidad nativas de Boras de Pucaurquillo que desde hace un un año ha empezado a percibir ingresos por su palo rosa.
Las comunidades ahora cosechan las hojas y ramas y se las venden directamente a Camino Verde que transforma esta biomasa en aceites que ahora el mercado ha vuelto a revalorizar al ser productos 100% naturales. Se establece un acuerdo de reforestación con las familias donde hay un compromiso de ambas partes; las familias deben participar en talleres donde aprenden a manejar sus chacras, producir abonos orgánicos, distribuir las especies en su parcela adecuadamente, y a cambio, se les provee de los plantones de las diferentes especies para sus chacras resilientes.
Impulsando Sostenibilidad
“Con el apoyo de Conservación Internacional estamos ampliando el trabajo de reforestación del bosque con especies de alto valor comercial. A veces son hasta 40 especies en una misma parcela que contribuyen su regeneración, brindando ingresos económicos a las familias y haciéndolas más resilientes al cambio climático. Es un proceso de largo aliento y de mucho compromiso, pero que está transformando vidas, con la esperanza también de que el palo rosa deje de estar amenazado”, nos comenta Carlos García, Camino Verde.