Elevando la transparencia y equidad en la pesquería de pota en aguas internacionales

julio 25, 2025

La pesca del calamar gigante o pota es clave para el Perú. Representa la segunda pesquería más importante del país, después de la anchoveta, y genera más de 65,000 empleos directos e indirectos, gracias al esfuerzo de más de 18,000 pescadores artesanales. Sin embargo, este recurso estratégico enfrenta hoy un complejo panorama internacional.

Durante la última década, la flota artesanal peruana ha liderado las capturas de pota a nivel mundial. Pero desde 2022, China ha superado a Perú en la pesca de este recurso en aguas internacionales, dentro del área de la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS). Este cambio responde a un mayor esfuerzo pesquero de la flota pesquera de aguas distantes de bandera china, que recibe subsidios del gobierno chino.

Aunque el Perú exige desde 2020 que las embarcaciones extranjeras que ingresen a puertos nacionales deban contar con sistemas monitoreo satelital compatibles con el peruano, diversas embarcaciones han ingresado a puertos peruanos sin instalarlo aprovechando excepciones legales. En 2024 Perú fortaleció sus normas y en estos últimos meses las embarcaciones han comenzado a ir a puertos en Chile, donde no se aplican las mismas exigencias. Uno de los temas que genera preocupaciones es la condición laboral de las tripulaciones de la flota de aguas distantes, por estar en buques que permanecen por periodos de 2 años e inclusive 3 años sin entrar a puerto.

Los resultados obtenidos por la organización C4ADS y Artisonal, que fueron presentados en la última reunión de la Comunidad de Práctica sobre Pesquerías de Aguas Distantes, ponen en evidencia que hay una redes de habilitadores, que desde tierra y en alta mar, prestan servicios a esta flota, sin adecuadas regulaciones. Un ejemplo es el buque chino ZHE PU YUAN 98, que ha operado como hospital flotante y ha desembarcado a 37 tripulantes en estado grave —e incluso un fallecido— en el puerto del Callao.

La competencia desigual, la falta de reglas claras y la debilidad institucional en la región exigen respuestas urgentes para asegurar una pesquería sostenible y justa. En este contexto, la Comunidad de Práctica sobre Pesquerías de Aguas Distantes en el Perú, coordinada por Conservación Internacional, ha identificado tres líneas de acción urgentes. En primer lugar, registrar un mayor número de embarcaciones artesanales peruanas en la OROP-PS antes de que se fije un límite al esfuerzo pesquero y revisar los criterios de asignación de cuotas, para que Perú no quede relegado frente a China cuando se decida cómo se van a signar las cuotas. En segundo lugar, reforzar las inspecciones en puertos, por ejemplo exigiendo que se consigne mayor información cuando se desembarquen tripulantes fallecidos y con problemas de salud. Y en tercer lugar, elevar los estándares laborales en el ámbito de la OROP PS y a nivel nacional, promoviendo la ratificación del Convenio C188 de la OIT, que permite combatir el trabajo forzoso en la pesca; y creando la obligación de reportar transbordos humanos en la OROP-PS.

En la última reunión de la OROP-PS se creó un grupo de trabajo sobre estándares laborales, un avance importante para establecer condiciones mínimas a bordo. Pero aún falta camino por recorrer.