De cenizas a la acción: 3 cosas que conocemos sobre los incendios de la Amazonia

octubre 24, 2019

Por: Bruno Vander Velde

El humo se ha despejado desde los incendios que asolaron la Amazonia en agosto y setiembre de este año, oscureciendo los cielos y ocupando titulares alrededor del mundo. 

Actualmente, los expertos en ciencia y política de Conservación Internacional y de otros lugares están examinando las cenizas, buscando patrones y trabajando en una serie de frentes para prevenir los incendios en el futuro; y prevenir que el bioma de la Amazonia se incline hacia el temido “punto de inflexión”, en el que la selva tropical más grande del mundo se transformaría irrevocablemente en maleza.

Aquí están las tres cosas que nos llevamos de nuestro trabajo.  

1.La deforestación alimentó los incendios: muchos de los incendios ocurrieron en áreas que habían sido recientemente deforestadas.

2. Las áreas protegidas funcionan: la mayoría de los incendios ocurrieron fuera de los límites de las muchas áreas protegidas en la Amazonia brasileña.

3. El mundo está respondiendo: a pesar del clima político en Brasil, la atención pública ha acelerado una serie de nuevos esfuerzos que están ofreciendo razones para la esperanza.  

Primero los árboles, luego el fuego  

Normalmente, agosto y setiembre son ‘épocas de quemas’ en el sur de la Amazonia, cuando prevalecen condiciones relativamente más secas, y los agricultores se preparan para plantar sus cultivos. Los incendios de este año se dieron principalmente en territorios privados, con el propósito de expandir la producción de soya y carne, dos de los principales productos agrícolas de Brasil.

“El proceso de deforestación en la Amazonia (brasileña), es casi el mismo”, dijo Mauricio Bianco, vicepresidente de Conservación Internacional en Brasil. “Primero se sacan los árboles grandes y valiosos y son vendidos en el mercado negro. Luego se talan los árboles más pequeños y son usados para quemar la tierra.”

Entonces, ¿qué fue diferente en la temporada de quemas en el 2019? El número de quemas incrementó considerablemente, respecto al último año: un 60% más de incendios en agosto de este año, que en agosto de 2018, según Daniela Raik, que lidera el trabajo de Conservación Internacional en Sudamérica.

Una de las razones parte del pico en números e intensidad de incendios en esta temporada del año; los expertos creen, que la mayoría de los incendios ocurrieron en lugares que habían sido completa o parcialmente deforestados, secando estas áreas y permitiendo la quema.


El video muestra un área en el estado Mato Grosso en Brasil. Los primeros cuadros muestran una región mayormente boscosa en 2018; los cuadros siguientes muestran la deforestación de mayo a agosto de 2019, y luego las quemas para preparar la tierra para la agricultura.

“Sabemos que ha habido un incremento de deforestación en los dos últimos años en la Amazonía”, dijo Karyn Tabor, director senior de monitoreo ecológico del Centro Moore de Ciencia de Conservación Internacional. “Y cuando haya más deforestación, habrá más quemas”.

Trabajo en áreas protegidas

Los mapas de las quemas revelaron una tendencia clara e innegable: en la mayor parte de áreas protegidas de Brasil (incluyendo los territorios indígenas) se vieron muy pocas quemas. En muchos casos, la extensión del fuego se detuvo justo en sus límites.

(Mapa cortesía de Esri)

En el mapa de arriba de la Amazonía brasileña, los puntos rojos representan los incendios ocurridos en agosto y setiembre de 2019, según los datos de los satélites. Las áreas verdes y amarillas representan territorios protegidos e indígenas. Con algunas excepciones, particularmente en las partes Sur y Este de la cuenca del Amazonas, donde se produjeron muchas de las quemas, las áreas protegidas quedaron intactas.

“Se puede ver claramente, que estas áreas protegidas actuaron casi como una barrera contra los incendios”, dijo Bianco.

Las áreas protegidas siguen siendo una de las herramientas más importantes para la conservación, con un enorme potencial para proteger la degradación del clima y la pérdida de vida silvestre, al mismo tiempo que los pueblos indígenas y las comunidades locales continúan aprovechando sosteniblemente los beneficios que la naturaleza les provee. Conservación Internacional ha trabajado en la Amazonia durante décadas para ayudar a establecer más de estas áreas.

El problema: las áreas protegidas no son para siempre.

En los pocos años pasados se ha visto una ola de retrocesos en la protección legal de áreas protegidas, incluyendo Brasil, según ha demostrado una investigación de Conservación Internacional.

Un estudio realizado a principios de este año encontró que el 4% de áreas protegidas del país fueron degradadas legalmente o reducidas en algunos casos, y estos eventos tienden a ir de la mano con la deforestación.

“Las áreas protegidas en Brasil que ya estaban más deforestadas estaban en mayor riesgo de experimentar retrocesos legales de sus protecciones”, dijo a Conservation News en agosto, Rachel Golden Kroner de Conservación Internacional, una experta mundial en la pérdida legal de áreas protegidas.

“Con esto en mente, más perdida de bosque debido a quemas podrían liderar más de estos sucesos.”

Una onza de prevención

Por lo tanto, asegurar las áreas protegidas es primordial para prevenir los futuros incendios.

“No estamos en el negocio de apagar incendios en el terreno, pero sí en el negocio de prevenir incendios”, dijo Raik. “Entonces si nosotros queremos prevenir los incendios, necesitamos conservar los bosques.”

Una herramienta llamada Firecast, desarrollado hace años por Conservación Internacional, está ayudando a hacerlo. Firecast, una plataforma online de acceso abierto utiliza observaciones satelitales para rastrear perturbaciones del ecosistema, como un incendio, condiciones de riesgo de incendios, deforestación y entrega esa información a los responsables de la toma de decisiones.   

“Los sistemas de alerta temprana como Firecast son un gran avance para Sudamérica porque, a diferencia de los Estados Unidos, hay muy pocos recursos asignados para combatir los incendios”, dijo Tabor. Mientras los Estados Unidos invierte miles de millones de dólares al año para combatir los incendios forestales, donde los incendios son fenómenos ecológicos naturales, en los bosques de la Amazonía los incendios no ocurren naturalmente, y el presupuesto y el equipo para prevenirlos son limitados, dijo Tabor.  

Esto demuestra, que la prevención en los sistemas forestales puede mejorar el manejo del fuego, si se invierte en sistemas de alerta temprana y previene la deforestación, agregó Tabor.

El mundo está mirando

La temporada de incendios no es nueva para el Amazonas. Sin embargo, la atención mundial de los incendios este año ha sido relevante.

Incluso en Brasil.

“Nunca he visto tanta atención por el Amazonas de Brasil”, dijo Bianco. “Nunca. Ni siquiera en 1992, cuando tuvimos la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima en Río”

“Este año estuvimos, durante dos semanas seguidas, en los medios de comunicación, en las portadas de revistas, en las noticias de la televisión, todos estaban hablando sobre el Amazonas.”  

Fuera de Brasil, las reacciones fueron casi igual de intensas, y han sido trasladadas rápidamente a la acción.

Las principales marcas mundiales tomaron nota, compañías como VF Corporation and H&M anunciaban el último mes que ellos pararían de comprar cuero brasileño hasta que estuvieran seguros de que sus compras no contribuían a la deforestación del Amazonas.  

En una nota más estimulante: la firma del Pacto de Leticia en setiembre, un acuerdo liderado por Sudamérica, con siete de los nueve países amazónicos, para abordar la deforestación, los incendios y el desarrollo sostenible en la selva tropical más gran del mundo. Ese mismo mes, Conservación Internacional y el gobierno de Francia comprometieron más de 100 millones de dólares para apoyar la implementación del pacto. 

Y en un caso extraordinario, se podría decir incluso divino, este mes comenzó en el Vaticano una reunión histórica de líderes religiosos y pueblos indígenas planeado desde hace mucho tiempo. El Papa Francisco abrió la reunión de tres semanas en el Vaticano, conocida como sínodo, instado por miembros de la Iglesia Católica para proteger el Amazonas. Más de 180 cardinales, obispos y sacerdotes están trabajando con los pueblos indígenas de varias tribus de América del Sur para abordar, entre otras cosas, los “pecados ecológicos” de la humanidad contra la selva.

Si el 2019 es un punto de inflexión para el futuro del Amazonas, aún quedan grandes interrogantes: ¿qué efecto tendrá en el Amazonas, el comercio mundial de soya y carne de vacuno? ¿Cuán seguras son las áreas protegidas de Brasil y los derechos de los indígenas? ¿Se mantendrá el Pacto de Leticia?

Pase lo que pase, los incendios y la atención que han despertado proporcionan “una oportunidad increíble para que grupos como conservación Internacional marquen la diferencia en la Amazonía”, dijo Raik, “incluso en tiempos tan difíciles.”